PAU.

Hoy empiezan  los exámenes de selectividad en Madrid. Ayer quise ir a una biblioteca a estudiar y estaba llena de niños haciendo que estudiaban, con cara de «sé que sabes que estoy estudiando para la selectividad y que me compadeces». Y sí, les compadezco, compadezco a aquellos que como yo en su día, no saben que están ante uno de los cambios más importantes de sus vidas, que piensan que es un examen más y que conlleva una decisión más, que hay vuelta atrás. Por ello no les compadezco por la angustia que tienen de aprobar o no, ya que me parece más que factible, sino por no tener un objetivo por el que luchar. La gente sin vocación, o que la encuentra tan tarde que ya no puede alcanzarla, pasará unos años preguntándose qué cojones hace con su vida, y tendrán que buscar el objetivo que les haga seguir adelante.

Al final todo se trata de tener un objetivo, más o menos lejano, mas o menos posible. Pero tener una meta y luchar por conseguirla. Como ya dije el otro día, no hay nada comparable a la sensación del trabajo bien hecho. Incluso si odias lo que haces, el hecho de sentirte orgulloso de ti mismo te satisface hasta el punto de no importar que lo odies.

Y bueno, yo debería estar estudiando ahora mismo en vez de escribir por aquí, así que voy a seguir mi propio consejo y voy a darlo todo con esta mierda 😛

¡Ánimo y suerte para todos!

criterios-que-ayudan-a-elegir-mejor-una-carrera